Todos los niños del mundo cuentan con dientes de leche que caen y señalan el inicio de una nueva etapa; el niño empieza a dejar de ser un niño.
La caída de los dientes de leche va acompañada de personajes mágicos que los vienen a buscar y normalmente dejan un regalo. Se trata de hacer este momento algo menos traumático.
La costumbre de cambiar los dientes de leche de los niños por dinero tiene su origen en la cultura vikinga. Los vikingos creían que llevar encima alguna parte de un niño les daría suerte en la batalla y por esta razón compraban los dientes a los niños y los incrustaban en collares que les servían de amuletos.
En Cataluña tenemos ELS ANGELETS que se llevan los dientes de bajo la almohada cuando los niños duermen y dejan un regalo.
En muchos lugares de Europa es un ratón quien hace esta tarea: en Francia es LA PETITE SOURIS, en Italia el ratón se llama TOPINO y en la mayoría de países de habla hispana es EL RATONCITO PÉREZ.
Parece que este personaje que ya formaba parte del imaginario español, lo popularizó a principios del s. XX el padre Luís Coloma. El padre Coloma, consejero de la Casa Real y autor de cuentos infantiles, a petición de la reina Maria Cristina, escribió un cuento para el futuro rey Alfonso XIII, a quien le había caído su primer diente.
El cuento explica la historia del rey Buby (así es como la reina Maria Cristina denominaba a su hijo) que cuando le cae el primer diente de leche escribe una carta al ratón Pérez, que vivía con su familia en una gran caja de galletas al sótano de la confitería de Carlos Prast, muy famosa en aquel tiempo, ubicada en la calle Arenal núm. 8 de Madrid. Aquella misma noche el ratoncito va a buscar el diente pero el rey se despierta y, después de un rato conversando con Pérez, pone la punta de la cola en la nariz del rey y éste se convierte en un ratón que puede acompañar a Pérez. En esta excursión nocturna Buby conoce ricos y pobres, buenos y malos y asume su papel de rey.
Ya hace muchos años que no se edita este cuento (a pesar de que en Japón la traducción del cuento es muy popular) pero se puede leer en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes clicando aquí.
En Cantabria cambian de roedor y hablan del ESQUILU DE LOS DIENTIS (la ardilla de los dientes).
En el País Vasco hay una mujer que se llama MARI TEILATUKOA (Maria del tejado). Los niños lanzan el diente al tejado diciendo unos versos para ofrecer el diente viejo y piden uno de nuevo. Esta costumbre de lanzar el diente viejo y pedir uno de nuevo bonito y sano también es presente en culturas tan diferentes como la bereber, la portuguesa o la chilena.
En países de habla inglesa, la encargada de recoger los dientes es el HADA DE LOS DIENTES (TOOTH FAIRY). La mitología galaicoportuguesa también sigue el patrón anglosajón y habla de A FADA DOS DENTES.